Bodas de oro Toni y Salvi
Y llegó el gran momento, tras 50 años de matrimonio era hora de celebrarlo por todo lo alto, a pesar de estar en plena pandemia, los cinco hermanos llevábamos tiempo preparando la sorpresa, las bodas de oro de Salvi y toni ( papa y mama).
Cada uno teníamos un cometido y a mí me toco la parte creativa, teniendo en cuenta el perfil de los novios se optó por dos tipos de paletas de colores, blanco inmaculado para el exterior y crema-dorado para el interior.
Una boda con una ceremonia en los jardines del complejo Alcántara, sencilla y con mucho significado, realizado a mano hasta el mínimo detalle (hay que tener en cuenta que los novios fueron engañados al recinto con la excusa de un reportaje fotográfico, regalo de aniversario) y todo fue realizado en Huesca para su posterior traslado a Badajoz, lugar de celebración.
Esta pareja tienen un espíritu viajero, con su caravana han recorrido miles de kilómetros por toda Europa, de carácter sencillos y aficionados al arte y la naturaleza, así que, opte por reutilizar materiales al máximo, un viejo traje de novia con una cola de tres metros y cuerpo saturado de pedrería me serviría de fuente principal para la decoración de este gran momento.
Para dar solemnidad, música de piano en la entrada de los novios por parte del mayor de los hermanos (Jesús) profesor del Conservatorio Superior de música de Badajoz, reportaje y fotografía a mano de AMG Studios, (Ángel) el segundo de los hermanos, un profesional en el ámbito audiovisual y en la gestión, organización y coordinación familiar Rocío y Lupe (mis dos hermanas pequeñas)
Como arco se utilizó una mosquitera y se corono con organza semirigida que se extrajo de la falda del vestido de novia y flores blancas realizadas con foamiran (la novia tiene alergia al polen, por lo que las flores deben ser artificiales o preservadas)
Cestos de mimbres rellenos de flores decoraban las esquinas del altar y un camino de corazones blancos y piedras de rio con mándalas pintadas a mano, servirían de camino y posteriores detalles para los invitados.
Antes de recorrer el camino de corazones el primer regalo para la pareja, “el ramo de la novia”, un pequeño y amoroso bouquet realizado a mano con arpillera, flores de foamiran, pedrería y paniculata preservada.
La ceremonia fue oficiada por la nieta más lanzada y docta en las artes oratorias (Claudia), la cual bordo con ayuda de un guión aprendido la noche anterior y varia improvisaciones que nos hizo soltar más de una carcajada.
Los anillos, con mensaje formaban parte de las ruedas de la caravana que sirvió de soporte para ello (decorada con papel de Decopauge) Una gran loncha de madera pirograbada a mano alzada servía de bandeja a nuestro curioso vehículo, el cual fue portado por los benjamines de la familia Jorge y Serafín (4 y 6 años).
Ya en el comedor, dos copas a juego con la caravana abrían la entrada de los novios al salón, todo en su sitio y el protocolo en el menaje perfecto con cada silla resaltadas por los adornos realizados con el tul de nuestro famoso vestido reciclado y flores de arpillera al igual que el ramo de la novia.
Una cortina de grulla y rama natural en tonos dorados, tres aros portafotos colgantes de arpillera y foamiran, pulseras de madera y flores para las invitadas, imperdibles a juego para los invitados, mensajes por videoconferencia y poemas enmarcados de familiares ausentes, un álbum de fotos realizado por Dori una gran artesana del Scrap, que contaba la historia de la pareja desde la visión de sus propios hijos, viaje a las Azores con todos los gastos pagados y una tarta de galletas realizada por Rocio como guiño pasado a los novios (un pajarito cuenta que con esta receta la novia conquisto al novio) sería parte de las sorpresas que tendrían ese día y del que puedo dar fe fue uno de los más importantes de sus vidas y de las nuestras.
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